sábado, 19 de septiembre de 2009

Recuerdo el campo de Mariana.

Había un árbol entre la soledad de los pastos.

El árbol tenía historia y misterio,
yo quería conocerlo.

era entrar al campo
y sólo ver el árbol
y continuar el camino hasta la casa

Paseábamos sobre Pancho, el caballo.
Nos bañábamos en el tanque, en su agua anciana.
Visitábamos a los chanchos.

Y el árbol siempre estaba lejos.

Escuché historias fascinantes.
¿Por qué, Mariana? ¿Por qué nunca me llevaste hasta el árbol?

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